lunes, septiembre 21, 2009

La pena de Enrique Urquijo...


Este fin de semana, casi en forma obsesiva, he investigado un poco la vida y muerte de un músico español llamado Enrique Urquijo. Todo empezó cuando el Viernes en la tarde, manejando bajo la lluvia, puse atención a una canción de Quique Gonzalez llamada "Aunque tu no lo sepas", la cual dedica profundamente a un tal Enrique Urquijo, la canción es una muy linda declaración que describe, en forma desgarrada, el sentir hacia un amor bañado de fantasía, un sueño, un amor que trasciende lo natural, está basada en un poema del libro Habitaciones separadas de Luis García Montero, ya de lleno en mi seguimiento me he enterado que este poema además, sirvió de inspiración para un relato de Almudena Grandes (Esposa de Montero), llamado El lenguaje de los balcones y por si fuera poco, para una película de Juan Vicente Córdoba llamada "Aunque tu no lo sepas".

Pero volvamos a Urquijo, esta canción fue un encargo de este músico a Quique Gonzalez, el cual la compuso y cedió a Enrique para incluirla en su disco Desde que no nos vemos, de Enrique Urquijo y Los Problemas en 1998. Urquijo es un compositor multiinstrumentista que durante los ochenta formo parte de la denominada movida madrileña con su grupo Los Secretos, paralelamente formo otro proyecto denominado Los Problemas, con el cual se daba gustos más personales tocando desde rancheras, hasta baladas pop, independiente de ambas agrupaciones fueron sus creaciones como solista, las cuales quedaron en calidad de bootlegs e inéditos, ya que en 1999 Urquijo fue encontrado muerto en su departamento en Malasaña producto de una intoxicación con estupefacientes.

Me metí en sus canciones, llenas de tristeza y descarnada melancolía, una especie de Sabina Pop, con algo del Calamaro más Rollingo, a veces con un sentido del humor irónico, siempre lleno de fuertes pasiones. De una personalidad más bien introvertida, de pocas palabras y con explosiones creativas, pertenece a la categoría de aquellos artistas que terminan su vida quedando en calidad de mito. Se trata de aquella condición de brillantes músicos que tienen una eternidad de éxito por delante, pero que parten esa posibilidad a la mitad y de manera generalmente fatal, voluntaria o involuntariamente. Casos como el de Urquijo en la historia del rock los hay por montones; Jeff Buckley, ahogado en Memphis apunto de entrar a grabar su segundo disco, tenía 30 años, Nick Drake con solo tres excelentes discos se suicida con antidepresivos a los 26, Elliot Smith se da de puñaladas luego de discutir con su novia a los 34, y así suman y siguen. Se asocia estos hechos a la relación entre el talento y la melancolía, a la eterna dependencia de dolor que parece exigir la inspiración para explotar nuestras mejores creaciones, válida o no, es un hecho que existe un hilo conductor en cada uno de estos casos, personajes quizás poco ambiciosos a generar y generar éxitos, en donde su entrega pasa más por la profundidad honesta de sus creaciones, que por el regocijo eterno hacia los resultados.

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Escucha la versión de Aunque tu no lo sepas por Enrique Urquijo y los problemas, (Tremenda)...

martes, septiembre 01, 2009

D - Dormir...

Ejercicio de armado de diccionario propio del taller de Mouat, me fui por la D y se me vino el dormir, he acá el resultado...


Dentro de mis cinco placeres favoritos, y entre escuchar una buena canción y los besos de mi novia, sin dudas se encuentra el “dormir”. Dormir es para mi una de las delicias más grandes que pueden haber sido otorgadas al ser humano, lo disfruto por completo, desde su previa, hasta su fin, desde el ritual en que mi cuerpo busca con movimientos suaves la posición perfecta sobre el colchón, hasta la llegada de los sueños.

Encontrada esa posición tan anhelada y bienvenida viene la segunda parte, la concentración, generalmente en esa instancia me pongo a pensar cosas agradables, ciertas fantasías, recurrente es verme cantando sobre un escenario ante cientos de gentes, o invitando a cantar a Charly García o a algún otro músico reconocido en la celebración de mi cumpleaños, a veces también imagino mi funeral en formato positivista, lleno de canciones, música en vivo y amigos.

Estando ya dentro del dormir profundo vienen los sueños, a veces muchos, otros menos, a veces algunos recordados después con claridad, otros que pasan medio confusos. Sueño harto, un promedio de tres veces por noche y una pesadilla por semana, me gusta soñar, lo disfruto, me río, hablo, me muevo, doy manotazos, despierto agitado, a la mañana siguiente no es extraño verme dando una carcajada sin motivo aparente, es por que estoy recordando un sueño divertido.

Pero es inevitable, lo peor a de llegar, cerca de las 7 de lunes a viernes suena la alarma del celular de Angélica, 15 minutos más tarde suena la del mío, es sin dudas el peor momento del día, siempre suplico cinco minutos más, y los disfruto entregándome por completo nuevamente al sueño por esa pequeña fracción final. Luego de eso comienza mi día, trabajo y otras labores, pero cuando la cosa se pone mal, cuando hay malos momentos, estos pasan sin mayor efecto, ya que pienso en que vendrá nuevamente el instante en donde podré adecuar mi cuerpo al colchón, donde podré hacer esa previa de imaginaciones, donde podré sumergirme en nuevos sueños hasta el amanecer.