Reading happy…

Estoy por terminar un libro llamado La tierra elegida, de Juan Forn, un Argentino que prefirió las historias mínimas de las pequeñas ciudades o pueblos en ves de los grandes relatos de las capitales, es por eso que vive en Villa Gesell , piola, sin tanto alboroto de por medio; fue editor de Planeta y Director de Radar de Página/12 entre otras actividades. Este libro es de crónicas y ensayos relatados de manera ultra entretenida, son de esos reportes que te dan ganas de contar mientras almuerzas con amigos o en carretes tranquis.

En él encontré la relación entre Da Vinci y la cocina, la historia de un mítico deportista Japonés, la relación visceral entre Billie Holiday y la canción Strange Fruit, reafirmé lo hermoso del cine de Carlos Sorín, conocí un par de secretos (de los millones de secretos) que rodearon al nazismo. Lo estoy terminando rápido por que me presto a atacar una sorpresa que me acaba de llegar…

Era el verano de este año y recorríamos librerías de Buenos Aires todos los días con Su, inquietos y llenos de la necesidad extrema de adquirir libros por los cuales decíamos sentir amor a primera vista y otros previamente requeridos o redescubiertos.

La cosa es que entre los 1500 que me faltaron por comprar en esas fechas, dos de ellos me llegaron por encargo. Eternamente agradecido recibí estos mamotretos y me contagié del fetichismo de mi amigo V, y aun sin quitarles el plástico esperan ser devorados como el mejor de los chocolates apenas termine con Forn una relación corta pero enriquecedora, le creí, reí y compartí aquellos ensayos desde mi humilde mirada de tipo común y las disfruté por completo como el más estricto experto.

Y al fin tengo a Woody Allen en letras, un regalo de mi para mí esperado por bastante tiempo, en Cuentos sin plumas se recogen los tres libros de cuentos publicados por el histérico director de Match Point titulados: Como acabar de una manera por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles. Son reflexiones, cuentos, relatos breves, un mozaico literario de humor y majestuosidad directo desde el cerebro del maestro Allen que sin duda me dejará con ese gusto a buen atardecer nervioso con el que me dejan sus pelis. El gusto de tener este libro entre mis otros libros es necesario y justo e incluso considero prudente otorgarle un lugar especial, como buen obsesivo que hemos de ser su autor y yo.

El otro es Las mejores entrevistas de Rolling Stone, la cosa es simple, 192 páginas de conversaciones con Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta, Pappo, Charly García, Indio Solari, León Gieco, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati, Los Fabulosos Cadillacs, Divididos, La Renga, Bersuit, y otros. Y no me critiquen por ser solo de rockeros argentinos, pues no tenemos acá aun una edición nacional, eso si no desmerezco en absoluto la idea de Tito Escarate en Canción telepática, 17 entrevistas a músicos nacionales, pero ya saben cuanto gozo/amos con algunos del otro lado de la cordillera.

Me presto a leerlos dentro de los próximos días, mientras termino a Forn, escucho In Rainbows de Radiohead (tremendo), bajo algo de Combustible edison, espero que empiecen a vender las entradas de Calamaro y cálculo mi presupuesto para ir a Divididos, en medio recuerdo un par de escenas con nostalgia, la pega volvió a un nivel de presión estable pero nunca falta que hacer, entre cosas y cosas luego me doy un tiempo y les cuento como anduvieron este par de libracos, nos miramos…

Y la encuesta del mes... participa y sé el primero en tomar prestado uno de los tres títulos mencionados en este post, antes que Flora, antes que JB...