domingo, marzo 13, 2005

Diario de viaje:2.- Cordoba y el hotel de la vieja extraña, todo se salva con una buena peli.

A la otra noche del concierto de ivan Noble Natalia rindió unos de los exámenes más importantes de su carrera y se sacó un 10. Para celebrar decidimos reventarnos comiendo y fuimos a un restaurante de tenedor libre. Se llamaba las Vasijas y es sencillamente de locos: Suchi, pescados, carnes a la parrillas, mil ensaladas, comida china, pastas, frituras, albóndigas de carne, paella, mil postres, y muchas cosas más. Cumplimos nuestro objetivo y comimos hasta reventar, nos tomamos una botella de vino y un par de bebidas, antes de comer pasamos a tomar una cerveza a un bolichito.

Al otro día partimos a Cordoba por el fin de semana, tomamos un minibus bastante cómodo para tres horas y algo de viaje, llegando allá nos metimos a internet buscando hoteles que se ajustaran a nuestro limitado presupuesto, finalmente llegamos a uno en la 25 de mayo, un hotel que más parecía notaria que otra cosa, era muy extraño, la gente no se daba cuenta que era hotel por que no decía en ningun lado, nos cobraron 30 pesos por noche, algo así como 6 mil y algo pesos chilenos. Lo atendía una señora muy rara, como enferma y con mirada de haber pasado las peores tristezas, la acompañaba una peruanita.

La habitación era enorme, de edificio viejo, tenía un pequeño balcón que daba a la calle, mientras ricitos se duchaba me asomé a fumar un cigarrillo y tomar el olor al aire cordobes, observé a la gente. El centro de Cordoba es recorrido por gente extraña, y más extraña aun cuando se acerca la noche, una pareja detiene su andar y se besa, un tipo en moto le grita cosas a una chica y la intimida, un trío de locos con pint de hip hoperos grita en medio de la calle, es una calle angosta, como si el paseo ahumada redujera su ancho a la mitad. No es fea, pero da una sensación parecida a la que da cuando uno recorre el centro de Santiago de noche, no sabes que te puedes encontrar.

Por la tarde habíamos estado vitrineando, haciendo compras, buscando las famosas remeritas de futbol para mi hermano y mirando alguna para mi. Por la noche fuimos a ver una película, entre la extrañeza del Hotel y de la gente del centro mi sensación no era muy gustosa, todo cambió con la película que vimos. Vimos Mar Adentro, la de Amenabar, definitivamente increible, muy fuerte y conmovedora, un gusto imperdible.

Todos estos paseos fueron acompañados de una inesperada especie de lluvia tropical, que se hacía más fuerte a medida que corróa la noche, ya cuando salimos del cine era practicamente una tormenta. Era extraño ya que con lluvia y todo hacía un calor seco bastante insoportable.

Pasamos luego del cine a comer pizza a la piedra, una delicia.

Llegamos al extraño Hotel, me sentía un poco en un viaje de Bucks o de Miller, en un Hotel Calamaro, una habitación ideal para escribir un cuento bien sucio o componer un tema de soledad visceral. Decidimos entonces ponernos a leer antes de dormir, la pequeña su interminable libro de Cortazar yo el diario local, bajo la luz quejumbrosa de una lamparita apunto de apagarse nos quedamos un buen rato en silencio, esperando tal ves escuchar un ruido desesperado por los pasillos del Hotel, pero el silencio preferimos cambiarlo por lecturas y Nati me leyó unos parrafos de su libro para poner un poco más nuestros propios switch. Fue una buena noche, el entorno la hizo especial.

Por la mañana la lluvia siguió igual de fuerte, caminamos por librerías y tiendas de música, hojeamos libros de Symns, de Fogwill y de Alejandra Pizarnick, comimos unos pebetes antes de subir al minibus, de vuelta dormimos mojados y algo adoloridos de tanto caminar.

Es bueno caminar, parte del viaje inevitable. No nos sacamos fotos ni pudimos ir a ningún museo, la lluvia en verdad era muy fuerte. Llegamos a Rio Cuarto sin problemas, me instale en mi ya clásico Hotel Nahuel, hoy en la mañana me pasaron a otra pieza ya que anoche use una para dos personas, esta pieza nueva no tiene nada de luz, un problema por que sin luz y sin reloj las noches de sueño pueden ser eternas. Hoy estamos de asado en casa del pololo de una amiga de la Rici, me encargué de que allá una guitarra, fundamental, creo que después de esta lluvia sería bueno emborracharse un poco, unas vacaciones pueden ser como una vida, hay que hacer de todo en poco tiempo, veremos como nos va.