jueves, marzo 17, 2005

Diario de viaje: 3.- La invasión de los grillos en Rio Cuartoy el último disco de Catupecu Machu.

Rio Cuarto no es tan Argentino ni tan provincial, más bien es una fusión medio híbrida pero no menos entretenida. Pasa que con su honrosa Universidad en esta ciudad caben Rosarinos, Santa fesinos, mendozinos, Cordobeces, Porteños, y muchos chicos y chicas de pueblitos más pequeños y de nombres tan extraños como laboulaye, venado tuerto, almafuerte, etc.

Finalmente toda esa mezcla te la topas en los bares, en la noche caminando por la plaza, en las iglesias o comprando facturas en un pequeño negocito.

Los Riocuartenses netos tienen acento cordobés, este tonito lo remarcan más los hombres que las nenas, son tipos acostumbrados a cierto orden, viven cada día casi calcado al anterior, hay horarios de salida en donde si alguien se adelanta se topará con una calle vacía, antes de salir por las noches se juntan a comer pizza y tomar un par de Quilmes en el pizza sport, si hay algún tipo cantando folclore de fondo lo acompañan. Las chicas andan con los locos o en grupos de a más de a dos, medio borrachas gritan por las calles y usan falditas y chalitas de colores, todos escuchan mucho a Los Piojos y a La Renga como también agotan las entradas para conciertos de cumbias con bandas como La Barra o Banda XXI.




Por estos días llegaron nuevos invitados a este circo, se trata de grillos negros y ruidosos que andan por las calles, se meten en las piezas y chirrean toda la noche transformándoce en algo insoportable. No es surrealista convivir con estos bichos, ni mágico, ni artístico, es definitivamente un asco y cuentan que pasa muy pocas veces.

La noche del Domingo comimos pizzas y tomamos muchas birras con Fede y Romi, una pareja muy RioCuartense. Medio borrachos nos fuimos al bar Quepzal, una especie de bar algo más desordenado que la formalidad del resto, en donde una guitarra y tipos cantando la pomeña puedes encontrar en cada mesa. Luego de una discusión obvia con la Rici me quedé un rato más charlando y tomando cervezas con un grupo de locos y con el dueño del bar, cantamos un par de canciones de Serú hasta que nos hecharon. No fue una mala noche pero tampoco la mejor.

Aprovecho de leer a Fogwill, como si fuera poco impregnarse de cada argentio que pasa por el lado tuyo, leo también a uno de ellos, leo ejercitos imaginarios.

Los discos están caros, a pesar de ello madaré a grabar unos que suenan en este minuto y se transforman en indispensables como el último de los ratones, el último de catupecu macgu y lo nuevo de Arbol. Creo que junto con Las pelotas representan el sonido actual de la argentina y al mismo tiempo su nueva postura frente a lo que les a pasado estos últimos años.

Son bandas frescas, con mucha fuerza y con energías nuevas, lejos del rock más seco de los rengos o de antiguas bandas esta nueva camada parece suspirar luego de cada canción que interpretan aduciendio así la venida de nuevos aires a estas tierras, ya más tranquilos y estables pero igual de inquietos e interesantes musicalmente afirmo y observo otro buen momento en la música de estos lados, veremos como anda y espero al fin un desvorde así de creativo en mi Chile querido.

Repota desde Cordoba.

Mauricio Lanata en vacaciones.