Te para dos.

Bebo para ahogar mis penas... me hubiecen dicho que las muy malditas sabían nadar...
Chavela Vargas

E decidido no editar estos escritos, no pasarlos por ningún tipo de filtro ni nada por el estilo. Tampoco guardarlos en Mis Documentos, ni en ninguna carpetita en especial en mi computadora. Simplemente escribirlos y escribir hasta cuando duren, aunque desaparezca blogger, termine adeudando internet o se muera mi disco duro... o yo. Es un síntoma, un deseo, un reflejo tal ves, es simplemente querer hacer lo que se sienta sin dobles lecturas, sin redundar, sin lamentar, sin proyectar.

No más parches antes de las heridas... no a de ser tan dificil disfrutar.

Son las 01:51 AM de un domingo, en el equipo suena Fernando Delgadillo, me tomo un te hecho por ella, y es ella también quien esta en la mesa de al lado, leyendo y escribiendo unos apuntes, estudiando para apurar ciertos procesos y despegarse un poco de lo para ella puede ser un tanto indespegable. Este te tiene un gusto mejor, incluso supera una piscola con el Sapo o con willy, pero anda a saber cuantas piscolas más tendré que tomar para volver a saborear este mismo te.

Pero bue...

Mientras Delgadillo llora por que le piden ser amigo, yo disfruto este te como nunca y ella continua leyendo y me doy cuenta que esta medio resfriada, pienso si tengo un Tapsin caliente por ahí y disfruto esta cotidianeidad que no tiene nada de cotidiano para mi, pero la idea va por eso, por disfrutarla hasta reventar...

Olvidemos un poco la frase de Chavela, ya tendremos nadando mil penas sobre una piscola hirviendo en un amanecer maldito y en este mismo depto, chapotiemos en este te sin restricción, no siempre las cosas andan mal, con un par de milicos presos, una buena peli de Woody, tres canciones de Aloras o Henriquez y una chica de ojos celestes y rizos amarillos la sonrisa se puede enmarcar hasta en el más gotico lugar... al menos la mía.

Una lluvia con sol vimos ayer, tanto la lluvia como el sol no dejaban de ser bellos.

Hoy soy el más cursi de todos.