martes, febrero 01, 2011

La ternura en casa...


… Y de a poco se fue alojando la ternura en mi casa, hoy la que era mi sala para ver conciertos y dvds tiene una cortina llena de jirafas, monos y coloridas tortugas. El cuadro de los Rolling Stones fue reemplazado por pequeñas pinturas de animales, dinosaurios y otras criaturas, la gran repisa con mis cientos de conciertos fue llevada a bodega y cambiada por 3 repisitas con forma de hipopótamo azul, sobre ellas no hay discos, ni libros, si no más bien pañales, colonias con ese inconfundible olorcito a bebe y algunos cuentos de la que será su primera biblioteca. Una mosca cuelga del techo y una alfombra con castillos de colores espera ser desenrollada pronto. Ya llegó su cuna, su cama y en camino viene su cómoda con manijas en forma de estrella. Hay cojines en forma de guitarras, comienzan a aparecer juguetes y Ange se duerme escuchando Mazapán. Hay un nuevo mundo en este lugar, donde no cabe la pena y todo es amor.

Ange brilla por todos lados, le tomo unas fotos en Maitencillo y en forma espontánea aparece una que queda para enmarcarla, miro a la cámara y sonrío, se me llenan los ojos de lágrimas y Ange me pregunta que pasa, nada le digo, solo que acabo de tomar una que me encanta y quiero que todos la vean, ajusté la cámara a intensidad de color apuntando al celeste del mar y el resultado fue maravilloso, una vida por delante en esa guatita redonda que su madre contempla y palpa a la espera de su llegada, de fondo un océano colorido que pareciera también esperar, el mundo te espera Martín.

Bajo rápido hasta el notebook mientras Ange grita que por favor no se vean las estrías, pienso; qué mamá no tuvo estrías?, si no hay estrías no es embarazo, me río, la subo y titulo mis dos amores, algunos comentan lo bellos que están, hasta con un angel comparan a esta feliz mamá.

Siempre sentí lejos este momento, pero acá estoy, bajando discos infantiles en vez de lo nuevo que aparece en las revistas, entrando sin pensarlo a jugueterías en vez de librerías, coleccionando en vez de conciertos de Dylan, la saga completa de Shrek y por sobre todo amando como nunca. Es que como no emocionarme, ver a Ange con todo el cariño que pone hoy a cada uno de sus movimientos, cuando cuelga ropa que lavó para Martín, cuando revisa algún chiche que le han regalado, cuando se mira su vientre hermoso tal como en la foto.

Hoy lavó gran parte de la ropa que le han regalado a nuestro pequeño, en la terraza colgaban pequeñísimos calcetines y pantaloncitos en donde suelen haber desteñidos pantalones y viejas poleras negras, la imagen de esa ropita en la terraza me inspiró y confirmé con ello que la ternura se ha instalado en mi casa para siempre.

La historia solo comienza y lo disfruto por segundos, sintiendo tal como canta Vicentico que, al parecer, nunca más me quedaré solo.