martes, marzo 24, 2009

Vacaciones...

Cuando giramos nuestras miradas para contemplar por última ves la preciosa desembocadura de Niebla creo que tanto Ange como yo sentimos que nos estábamos por despedir de unas tremendas vacaciones.

Le dijimos hasta pronto a Romi agradecidos por la calidez de sus cabañas, la hamaca, la parrilla para los asados, los columpios, la vista hacia el mar y todos esos detalles que hacían del lugar un inolvidable, nos subimos al auto y partimos la vuelta con escala en Linares y Pichilemu.

Habíamos pasado dos semanas recorriendo el Sur con sol y sin él, con calor, con frío y hasta con lluvia. Conocimos Puerto Saavedra, en donde nos comimos un caldillo con un pescado gordo y entero dentro del plato, en Caburga nos bañamos a pesar de lo negro de las nubes, en Licanray nos insolamos de manera extrema sin dejar de reír y en Valdivia pasamos una noche en un extraño hotel de la ciudad, tomamos cerveza con miel y nos topamos con unos divertidos gringos.













Es increíble como ciertos lugares te cambian el switch, lejos del inquieto y agotador Santiago y dentro de paisajes tan tranquilos como Niebla hasta tu caminar se hace distinto, se torna naturalmente lento. El tiempo funciona de otro modo, conversaciones más pausadas y largas, aprecias la posibilidad de caminar descalzo y tomas aire o suspiras más seguido. Si vas con tu pareja te puedes sentar a mirar la forma de una nube o el volar de un parapente con la misma paciencia e interés hablando al mismo tiempo de cualquier cosa sin que parezca una tontería.


Las dos escalas al regreso tuvieron cierto aire simbólico, en Linares nos quedamos una noche en la que fuera la casa de campo de mis abuelos, en donde viví un par de años con ellos, una casona centenaria y a estas alturas algo descuidada, a pesar de eso es un lugar imponente que no pierde su belleza y ese olor a historias por todos lados. La recorrimos recordando los días que viví ahí, buscamos fotos antiguas y objetos que trajeran consigo de regreso aquellos momentos con mis abuelos asumiendo su rol paterno con una entrega y cariño imperturbable, a la mañana antes de volver pasamos al cementerio, limpiamos el lugar en donde ambos descansan y conversamos con Ange acerca de la muerte y otras hierbas. Estábamos en eso cuando una viejecita se acercó y se puso a hablar con nosotros, nos prestó unos baldes para poner agua y le retribuí su favor con algo de dinero para capear la sed, lo agradeció tanto que casi lloraba, salimos del lugar en silencio, como con una satisfacción interior agradable, pusimos un disco de David Lebon y tomamos la carretera rumbo a Pichilemu.


Ya instalados conocimos y disfrutamos de nuestra nueva casa familiar playera, orgullosos brindamos con mis padres y celebramos con mis hermanas la llegada a nuestras vidas de este lindo lugar que trae consigo mucha paz, buenos descansos y futuros tremendos panoramas, una enorme terraza con vista al mar se transforma en el escenario de nuestras últimas noches de vacaciones, la mirada tranquila y satisfecha de mi madre cuando nos pide entrar a comer unas tortillas y tomar un té antes de salir a celebrar la primera visita conjunta a nuestra casa de Pichilemu.

Me tomo una foto con mi viejo con el sol hundiéndose en el mar de fondo y noto una cercanía especial, como no la sentía hace mucho tiempo, que buenos momentos nos traerá esta casa, le digo mientras sonreímos al flash que dispara Ange, por supuesto, me responde, este ya es uno de aquellos…
Llegamos a Santiago algo cansados, renovados y mejorados en muchos sentidos, nuestras vacaciones fueron divertidas, conocimos, celebramos, comimos, bailamos, bebimos, caminamos, nos bañamos y descansamos, pero por sobre todas las cosas crecimos.

lunes, marzo 02, 2009

Un post en deuda...

Llegamos del sur cansados pero contentos, con esa nostalgia que dejan inolvidables lugares y momentos, dos libros en el alma, mucha música, largas conversaciones. Fueron más de 15 ciudades, pueblos y localidades, aunque suene a Festival de Olmué, lo mejor de lo nuestro.

Pero la experiencia la dejamos para después, por que hay un post pendiente, y tiene que ver con la visita de Lisandro Aristimuño a Chile, una mini-gira de bajo perfil que deja buenisimo saldo y mejores proyectos, el lazo entre Lisandro y Chile ya se ha amarrado firme y seguro.

Comenzó en Quilpue, pequeña ciudad de la V región, acá el cantautor presentó un discreto show en la plaza Municipal, un encuentro algo fuera de contexto que tomó forma de a poco, fueron alrededor de 45 minutos, entendiendo el cansancio del músico, no tuvo invitados especiales en su set y realizó temas de sus tres discos.


Al día siguiente Valparaiso, también V región, teloneando al anfitrión del encuentro, Javier Barría en la sala del Consejo de la cultura de la ciudad. Destacaron acá tremendas versiones para Cerrar los ojos junto a Nano Stern y Pluma con Javier Barría, a pesar de la compleja acústica del lugar el concierto fue más extenso y con mejor disposición que el anterior. Al cierre del show vinos de honor en la azotea del lugar cerraron una jornada notable.

La tercera noche fue Santiago, Centro Espaciocal. A pesar del calor reinante, el lugar fue el propicio para ver a un Aristimuño al 100%, un largaduración que tuvo una sorprendente participación de Nano Stern en un set que incluyó, tal como en Valparaíso, canciones de ambos artistas y un homenaje a Nick Drake. Participó también Javier Barría, en Plug del sur y Té (de Barría). El track list incluyó lo más granado de su repertorio, versiones remixadas llenas de nuevos toques y efectos, destacaron Anochecer (A petición mía, jeje), El plástico de tu perfume, Me hice cargo de tu luz, Canción de amor, Azules turquesa, La última prosa y Lobofobia entre otras.

Para la cuarta sesión nuevamente V región, Viña del Mar y su Jardín Botánico fueron coronados con las dulces y atractivas melodías del cantautor. Este concierto se realizaba mientras yo ya me internaba en tierras del sur por tanto no podría señalar a cabalidad como fue, tan solo contarles que no tuvo invitados y tal como en los otros lugares el público reaccionó de manera muy positiva.

Los 4 set contaron con el mismo formato, nada más que guitarra y loopset de efectos para mostrar todo lo nuevo y fresco que suena. Fue cambiando el repertorio a diario, quitando y poniendo temas junto a los que repetía que sonaban distintos cada ves.


Otro acierto de la Clave Producciones, que tal como con Drexler comienza sembrando de a poco la música de este nuevo cantautor haciendo un ruido que podría explotar en un corto plazo, por lo mismo, sumando el entusiasmo y alegría con que Aristimuño hizo cada una de sus presentaciones, se espera una nueva visita dentro del mes de Julio de este año presentando lo que será su cuarto disco.

Por el lado más personal compartir personalmente con Lisandro fue también una gran experiencia, en conversaciones de backstage o tras unos vinos en celebraciones post y pre shows uno se da cuenta de lo consecuente que es en relación a sus composiciones, un tipo sencillo, amistoso y divertido, sureño del alma, de esas personas que se perciben como buenos amigos, me sorprendió escucharle en conversaciones que al parecer no dimensiona o no es de su interés dimensionar aun el revuelo que está causando su música, abalada por Paez o por Spinetta como el mismo nos contaba, pareciera no centrar su atención en las adulaciones, tan solo componer por que es, y se nota a todas luces, lo que más le gusta hacer en su vida...