Compatiblemente distintos…
Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias...
Leonardo Da Vinci
Nadie de mis amigos creía cuando les contaba que pocos días antes de empezar a tener algo con ella nos fuimos a Viña y decidimos ir al Festival a ver a Chayanne, tampoco me creían cuando les decía que no le gustaban ni los Rolling, ni los Beatles o que no le movían un pelo las canciones de Sabina.
Pero en ese mismo paseo de cómo tres días, en idas y venidas entre Valparaiso, Viña y Reñaca me escuchó hablar, cantar, quejarme, reír y llorar tanto como nadie lo había hecho en años, entendió cada una de mis frases como si se hubiese leído un manual sobre mi, del mismo modo que yo escuché y destapé sus defectos y virtudes que parecían salir solas como sobre las olas, dejando verse tal y cual era.
Admito que uno se cuestiona a veces este tipo de afinidades y gustos, pero no saben como se agradece esa divertida honestidad que la a llevado a quedarse dormida en un concierto de Jazz que yo la invité o de que yo jurara que solo habíamos escuchado cinco canciones de Arjona cuando en verdad ya iba un disco y medio sonando por la radio del auto, por que claro, nunca e dejado de ver esta diferencia como una buenísima oportunidad de pasarlo bien, de ver las cosas desde otra perspectiva y de reírse con ese condimento personal que cada uno puede poner a la historia.
Y es esa forma, con esa simplicidad y espontaneidad, despojada de grandes cuestionamientos la necesaria para re - aprender a querer y quererla, a soñar y crecer sin necesidad de destapar complejos laberintos egipcios para saber que las grandes respuestas están cuando te matas de risa por que se te chorrea una lata de bebida sobre tus pantalones y no cuando te caes tres veces a un pozo insistiendo que no tiene fondo.
Y hemos ido y venido entre sus conciertos y los míos, entre sus películas y las mías, entre sus canciones y las mías, entre sus libros y los míos, y hemos armado un montón de capítulos entretenidos, como viviendo dentro de una sitcom llena de equivocaciones y desencuentros que sanan con una mirada y una sonrisa, así tal cual, sin decir una palabra.
Ya sabemos que no hay clave ni formula en esto, finalmente armamos una trenza juntos, cada uno aporta lo suyo, y así como hoy yo puedo escuchar un disco de Sin banderas entero o ir a ver feliz p.d i love you, ella alucina con Jorge Drexler o con las pelis de Ellen Page, y cuando estamos juntos podemos resolver una campaña publicitaria para sopas o redactar un informe de selección de personal aportando cada uno nuestras visiones sin pudor.
Por que aunque suene extraño nuestras diferencias nos han hecho compatibles, tenemos en común una forma de contención y protección que nos sostiene del mejor modo, nada se torna complejo cuando estamos juntos y eso es lo que importa.
Como en el estudio del Washington Post, cuando ponen al mejor violinista del mundo a tocar en una estación de metro con ropajes simples y cero glamour, nadie sabía que era Joshua Bell, tocando piezas musicales consagradas con un violín Stradivarius evaluado en más de 3 millones de dólares. Un video muestra como pasa y pasa gente sin siquiera dar un atisbo de interés por el músico que días antes había tocado en un gran teatro en donde cobraron cerca de 1000 dólares por ticket. Nos acostumbramos a valorar lo complejo, a darle sentido a las cosas en contextos adornados, ya no disfrutamos de nada que no tenga algún touch cool, de nada simple.
Agradezco estar juntos por lo mismo, agradezco en el fondo que me haya hecho revertir esta situación y disfrutar con ella de todo lo que nos rodea sin mayores luces, desde Sin Bandera a Jorge Drexler, desde August rush a Shine a light, se disfruta y disfrutará mucho…
Feliz Cumple Ange, de verdad… Feliz!!…
Póngale play nomás!!
Admito que uno se cuestiona a veces este tipo de afinidades y gustos, pero no saben como se agradece esa divertida honestidad que la a llevado a quedarse dormida en un concierto de Jazz que yo la invité o de que yo jurara que solo habíamos escuchado cinco canciones de Arjona cuando en verdad ya iba un disco y medio sonando por la radio del auto, por que claro, nunca e dejado de ver esta diferencia como una buenísima oportunidad de pasarlo bien, de ver las cosas desde otra perspectiva y de reírse con ese condimento personal que cada uno puede poner a la historia.
Y es esa forma, con esa simplicidad y espontaneidad, despojada de grandes cuestionamientos la necesaria para re - aprender a querer y quererla, a soñar y crecer sin necesidad de destapar complejos laberintos egipcios para saber que las grandes respuestas están cuando te matas de risa por que se te chorrea una lata de bebida sobre tus pantalones y no cuando te caes tres veces a un pozo insistiendo que no tiene fondo.
Y hemos ido y venido entre sus conciertos y los míos, entre sus películas y las mías, entre sus canciones y las mías, entre sus libros y los míos, y hemos armado un montón de capítulos entretenidos, como viviendo dentro de una sitcom llena de equivocaciones y desencuentros que sanan con una mirada y una sonrisa, así tal cual, sin decir una palabra.
Ya sabemos que no hay clave ni formula en esto, finalmente armamos una trenza juntos, cada uno aporta lo suyo, y así como hoy yo puedo escuchar un disco de Sin banderas entero o ir a ver feliz p.d i love you, ella alucina con Jorge Drexler o con las pelis de Ellen Page, y cuando estamos juntos podemos resolver una campaña publicitaria para sopas o redactar un informe de selección de personal aportando cada uno nuestras visiones sin pudor.
Por que aunque suene extraño nuestras diferencias nos han hecho compatibles, tenemos en común una forma de contención y protección que nos sostiene del mejor modo, nada se torna complejo cuando estamos juntos y eso es lo que importa.
Como en el estudio del Washington Post, cuando ponen al mejor violinista del mundo a tocar en una estación de metro con ropajes simples y cero glamour, nadie sabía que era Joshua Bell, tocando piezas musicales consagradas con un violín Stradivarius evaluado en más de 3 millones de dólares. Un video muestra como pasa y pasa gente sin siquiera dar un atisbo de interés por el músico que días antes había tocado en un gran teatro en donde cobraron cerca de 1000 dólares por ticket. Nos acostumbramos a valorar lo complejo, a darle sentido a las cosas en contextos adornados, ya no disfrutamos de nada que no tenga algún touch cool, de nada simple.
Agradezco estar juntos por lo mismo, agradezco en el fondo que me haya hecho revertir esta situación y disfrutar con ella de todo lo que nos rodea sin mayores luces, desde Sin Bandera a Jorge Drexler, desde August rush a Shine a light, se disfruta y disfrutará mucho…
Feliz Cumple Ange, de verdad… Feliz!!…
Póngale play nomás!!