miércoles, septiembre 27, 2006

Marcelo Frenkel...

Marcelo es fanático de Bob Dylan y llora con las películas de Cameron Crowe, le encanta el arroz bien preparado, sobre todo si es chino o primavera y con mucha salsa de soya, su depto es pequeño pero se ve bien, hay cientos de discos y revistas de música tiradas por todos lados y dos afiches enmarcados a mitad del living comedor, uno de los Beatles y otro de Alta fidelidad. Hace poco se compró en cuotas un televisor gigante para ver el mundial y los dvds de conciertos que le compra a un amigo de un amigo de su pega, le arrendó a un pirata la conexión a tv cable y por las noches repasa las sit. com de Fox y Sony, se queda pegado en los canales de música y en uno que otro programilla de farándula pero de canales argentinos, asegura que esa es farándula verdadera.

Marcelo junta libros que no lee, graba discos con discografías completas y novedades en mp3, trabaja en la mañana en un lugar y en la tarde en otro, cuando se levanta pone un disco de jazz, puede ser Miles o Jimmy Smith, y se rasca la panza mientras deja correr el agua caliente de la ducha por un rato antes de entrar a la tina, cuando almuerza enciende la tele y pone mtv mientras come sin mirar la pantalla. Visita a sus padres los domingos que no tiene que trabajar, se queja de su hermano, le enternece su hermana chica y le complica la grande, esa que pronto se va a vivir a Barcelona con el novio del cual se a hecho amigo, pero lo justo y necesario.

A Marcelo no le pareció tan malo el nuevo disco de Fito Paez, ni tan bueno el de Jorge Drexler, rayó con lo nuevo de Dylan y ya no espera con tantas ansias lo que se viene de Charly. Fue dos veces a ver a Spinetta y le agrada la apuesta de Leo Quinteros, alucina con Blanca Lewin, Juliette Lewis y Scarlett Johanson, sueña a veces que su vida es parte de una peli de Woody Allen, tiene una foto del director neurótico pegada en su cocina, adoró Manhattan, se estremeció con Interiores, sonrió con La vida y todo lo demás, se rió demasiado con La mirada de los otros, Ladrones de medio pelo y Zelig. Le molesta la parada reaggeton y la incitación a la violencia del Hip - Hop encuentra que es lo peor que le a pasado a la música, cuando escucha radio en el auto se pasa de la Concierto a la Futuro o de la Rock and pop a la Play aunque la mayoría de las veces pone algún disco de Mp3 con novedades, de esos que se graba en la casa de uno de sus mejores amigos, trata de no fallar en los conciertos de músicos que le gustan, se compra poca ropa por que detesta los malls, y por que encuentra que casi nada le queda bien, cuando se siente solo en su metro cuadrado de depto come alguna glotonería que tiene guardada en su cocina; papas fritas o maní con almendras, galletas o algo salado dentro de una marraqueta bien tostada.

Ya no arrienda tantas películas como antes, pero le gusta la idea de ir al cine al menos un par de veces por mes y al teatro casi con la misma frecuencia. No se toma vacaciones hace un año, cuando fue a Argentina y Uruguay, ama Buenos Aires y Montevideo.

Marcelo no es de muchos amigos, tampoco de expresar mucho cariño, es de verdad que llora con películas y que se alimenta mal, es en serio. Entiende que a veces no le entiendan, puede que la idea de vivir dentro de un cuento le juegue en contra y sea eso lo que a su ves lo cierra y encierra.

Él cree que tiene un par de cosas pendientes a sus casi 30 años, cosas que no le han dejado emprender nuevos caminos y armonía en sus sentimientos. Entiende que lo manden a la porra y que le tiren a la cara frases como " egoista de mierda", entiende que lo encuentren un tipo parco y pesado, mal genio o mal humorado, lo entiende, lo asume, lo vive y lo siente... eso a veces le da pena.

Pero lo que no entiende es que alguien piense que nadie merece estar con un tipo como él. Cuando alguien dice : "No entiendo como X puede estar saliendo con un weon como Marcelo" asume que se refieren a él como la última mancha de excremento pegada en el último papel tirado en un vertedero arrojado al mar. Reconoce sus idioteces pero no cree ser un mal tipo, es más, está dispuesto a ayudar cuando pueda a los cercanos que lo necesiten, añora que su madre este tirada en una hamaca en una casa cerca del mar. Lo que más quiere es que su hermano pueda superar sus malos trances, y que sus dos hermanas tengan novios que las cuiden tanto o más de lo que las aman.

Él espera que todas las que lo han mandado a la porra estén bien, sean felices y coman buena fruta durante todo el año, y le calma saber que así es.

Marcelo tiene miedo que el relato de su vida termine mal, que ser socio de la soledad se transforme en una pesadilla y que los últimos días de su vida se los pase aun almorzando, viendo tv y yendo al cine solo. Se emborracha a veces con una pena tatuada y sueña en estar mejor, mucho mejor.

Marcelo a pedido perdón las veces que a sido necesario y no tiene ningún problema en hacerlo otras cuantas, aunque no se note es un tipo sencillo y no exige al momento de entregar. Le gusta estar tranquilo escuchando alguna canción de Dylan tirado en la alfombra de su departamento mirando los detalles de la pintura del techo absolutamente solo, pero le asusta que siempre sea así, absolutamente solo. Ya no quiere que lo ataque más que el arte, por que esta seguro que existirá el día en que el arte ataque, a veces siente que siempre está atacando y que él es un arma dentro de esa batalla.

Quiere estar tranquilo mientras se pueda, terminar sus días escribiendo en un viejo edificio cerca del parque Rivadavia, a ver si alguien le acompaña por esos tiempos, de momento pensar que existen tipos como él en absoluto me desagrada... y a ti?.