miércoles, agosto 23, 2006

Pequeña guía actualizada para subir a la montaña...


Aunque resulta difícil anclar o purificar la música folk, por sus variantes alternativas que hoy en día nos propone gente como Cat Power, Devendra Banhart, Ron Sexmith o Coco rosie entre muchos otros, centraremos la búsqueda de este escrito en el significado más arcaico y natural de este concepto, ese que se arraiga en los acordes y las letras de gente como Woody Guthrie, Pete Seeger y porsupuesto nuestro gurú, Bob Dylan, eso sí, mezclado con la sonoridad delicada del jazz en un batido que tuvo sus primeros asomos en trabajos de Joni Mitchell, Carole King y el maestro James Taylor.

Detengámonos un poco en James Taylor, en donde discos como Sweet baby James dan muestra perfecta del pequeño recambio que le dieron este tipo de cantautores al denominado folk rock de los 70´s, a los acordes country de la guitarra acústica se sumó el piano, la suavidad de las plumillas en la batería, los arreglos de cuerdas y la voz menos rasposa de una especie de cowboy más pacífico, menos directo, más nostálgico, más enamorado si se quiere, pero no menos desgarrador del que desataba protesta o furia en sus temas al estilo de Neil Young o del propio Dylan.

Si bien Taylor y sus símiles (Simon & Garfunkel, Carole King) no tienen la respuesta mediática que sus pares más duros, su trabajo no se llena solo de buenas intenciones y lindas melodías, su música y sus letras sobrepasan lo simple que pueden llegar a sonar, abarcando un público más exclusivos y menos bulliciosos.

Taylor sobrevive hoy homenajeado y estimado casi más que en aquellos años en donde los puristas revolucionarios lo hacían ver prácticamente como un cantante de música para niños, hoy está más presente que nunca y con nuevos aires y figuras que remozan otra ves el folk con bellas melodías y dulces voces en propuestas que tienen como nuevo punto de partida a una tímida y hermosa chica hija de un gran músico icono hippie (Ravi Shankar), se trata de la queridísima Norah Jones.


Come away with me tiene su primera edición en el 2002 y rápidamente se convierte en un exitazo con grammy y una multitud de premios en todos lados, Norah Jones es una especie de diva inclasificable, la pueden invitar a festivales de jazz, de folk y de música popular, al parecer sus composiciones trascienden estilización y es carta segura al momento de elegir un regalo para tu padre, para tu tío, para tu hermana, para tu profe o para tu primo más adolescente, definitivamente la dulzura y notable ejecución de esta propuesta calza preciso en un montón de sectores pero más allá de ser atractiva por eso, esta chica lo hace bien y nos recuerda a ratos a Taylor y a Dylan o a Carole King y a Ella Fitzgerald, que mejor.

Si bien Norah hizo llover aplausos y vítores con sus dos primeros trabajos, ella no vino sola, y aunque no meten tanto ruido en los medios sus amigos son tanto o más interesantes que la chica de los labios hermosos.

Amos Lee está a punto de sacar su segundo disco titulado Suply and demand, oriundo de Philadelphia este tipo que parece ser mestizo ya nos dejo perplejos con su primer trabajo homónimo (Blue note 2005), la dosis de su experimento tiene los mismos ingredientes que hemos estado mencionando; folk arraigado en el country y el blues de años mozos, tintes de jazz, harto hammond, slide guitars, buenas letras y una voz privilegiada. Amos es el elemento perfecto entre tu, ella y una botella de buen vino, delicado y armonioso tanto o más que su amiga Norah se deja escuchar sin necesidad de exigirse, solo con la certeza de estar disfrutando de un buen momento.

De Jesse Harris tengo dos discos, aunque ya cuenta con seis, el que más me gusta es The secret sun del 2003, también amigo de Norah este Neoyorkino parece ser el más joven de la pandilla, por ende en algunas de sus composiciones aplicó distorsión a la guitarra, se acompaña de su banda The Ferdinandos, y si bien se puede adjuntar sin problemas al mismo pedido con los nombrados anteriormente, algunos temas de sus discos te harán recordar más al viejo Neil Young que a Taylor, en definitiva Harris pone en su licuadora a ambos y el resultado del postre es bastante bueno.

Richard Julian es la cabeza del proyecto alternativo de Norah llamado Little Willies, pero no se queda solo ahí, ya tiene cuatro discos como solista, su último trabajo llamado Slow New York (Manhatan Records, 2006) es de primer nivel, más juguetón que los otros chicos del barrio mencionados, se atreve a experimentar sin miedo y a su ves sin perder la esencia y el hilo conductor que une a todos estos cantautores, un notable descubrimiento, una voz más áspera y unos coros femeninos en el lugar preciso hacen de Slow un gran disco.

Rashel Loshak es también amigui de Norah, tal ves su disco Firefly (2001) no esté al nivel de Julian o Lee, coquetea mucho más con el pop que todo el resto, un disco bien hecho, agradable y el más experimental de todos.

Como ya lo dijimos Little Willies es el proyecto grupal de Norah, acá la dupla Julian/Jones hace la mayoría del trabajo, un disco casi homenaje al country "iuesei" con balada de Elvis incluida, si bien puede oler a marketeo destaca la ejecución tanto vocal como instrumental y pasa a ser un indispensable al momento de entrar en este mundillo "Neo-folk".

Un extra casi off topic es el reciente Living with War (2006) de Neil Young, que bastantes dolores de cabeza a traído al stablishment norteamericano, un disco punzante y descarnado para aquellos que aun levantan banderas de lucha, una protesta sucia que retoma la sonoridad e ideal setentero para hacer sonar las guitarras con la rabia necesaria para no dejar indiferente a nadie.

Sin duda esta fue una pincelada, pero los links ya están puestos en tu pantalla, incluso si entras a la web de Norah Jones y pinchas en links te podrás topar con el acceso a la mayoría de los mencionados y más. Ahora es cosa de entrar y explorar tranquilo, luego de eso toma tu cantimplora, tu saco de dormir, tu cepillo de dientes y sube a cuidar ovejas a tu montaña favorita, tu eliges con quien ir, la banda sonora ya la tienes.

martes, agosto 01, 2006

Se rompió el cuadrado...

Se supone que la figura geométrica de mayor firmeza es el cuadrado, estéticamente a los ojos no creo que podamos asumir una forma más firme y exacta que el de un bloque cuadrado, el de un cubo, una caja de cartón, una mesa, un edificio; me refiero a firme en cuanto a irrompible, inamovible, indesarmable.
Que pasa cuando cuatro sujetos forman un supuesto lazo de amistad creado y forjado por intereses comunes o miradas afines de lo que les rodea?, todo esto durante más de tres años?, se podría suponer que las cuatro puntas de ese cuadrado puede generar una fortaleza tan inamovible como la que tenemos inconcientemente asumida en nuestras mentes… pero no, cuando relacionamos personas con figuras geométricas, triángulos en el amor, tríos en la música, cuartetos o cuadrados de amigos las formas se tornan tan débiles y temporales como las plantas, como la vida misma.

Hay un montón de cosas en las que nunca confié de buenas a primeras, o en las que dudé luego de haber leído a Salinger, de haber escuchado a Dylan o sencillamente luego de haberme sentado en el baño con el mercurio en mis manos. Con el tiempo me di cuenta, y reconozco que esto puede sonar todo lo depresivo o amargo posible, que hay un sinfín de cosas que no pasan a ser meras imposiciones sociales, y no me refiero a cosas evidentes como las ropas, las conductas, las normas o la ética o que se yo, voy tan o más allá con esto que a medida que fui creciendo percibí impositivamente el amor, la amistad e incluso la familia.

Es decir, tenemos la obligación de haber tenido al menos un mejor amigo, de habernos enamorado al menos un par de veces y de responder a un padre y una madre por el solo hecho de la concepción biológica, todo hasta un segundo antes de morir. Puede esto ser factible si con el pasar apedreado de tus años estas concepciones tan ajustadas, tan predeterminadas se van desarmando en el camino como si las tuvieras agrupadas en un paquete de pop corn que te pasan antes de subir a una montaña rusa?... Pues nose.

Horas después de nacer me llevaron donde los padres de mi madre, cuando abrí los ojos en un lugar que no era el Hospital lo primero que vi no fue a mi progenitora sino a mi abuela, y aunque con el tiempo lo entendí y traté de nunca reprenderlo, toda mi vida la e pasado con dos madres y dos padres o con dos madres y 1 1/2 padre, sea como sea el caso debo asumir que mis padres son los que me pro crearon, y los otros dos solo quienes me criaron, que enredo...

Creo, y esto según mis criterios emotivos, haberme enamorado solo un par de veces, pero siento que tengo la obligación de enamorarme un par más. Es decir, me encantaría, ese estado de mágico aweonamiento me agrada mucho, pero que pasa si no me hubiese enamorado nunca aun a mi tercio de edad?... imposible, tienes que al menos haber estado ebrio por la flecha de ese angelito una ves antes de cerrar tus ojos para siempre.

Viví con mis viejos más viejos como hasta los 16, luego me vine a Santiago a pasar mis últimos años de colegio (una pesadilla que no recuerdo si la conté por acá), luego entré a un instituto, me cambié a una Universidad y hasta hoy e pasado por cinco empresas aprox. en ámbitos laborales. Con tanto ir y venir no e tenido el tiempo suficiente de mantener una amistad del alma por mucho tiempo, en todo este trayecto e tenido fuertes lazos con personajes pertenecientes al momento, compañeros de colegio, universidad o trabajo, pero más allá de aquello no soy, ni me desvivo por ello, de los que a conservado a sus yuntas durante la mitad de su vida o su vida entera.

Menos hoy, cuando después de un tiempo conforme con cuatro personajes que se agradecen amistad, me retiro o separo, o alejo voluntariamente desarmando el cuadrado sin un recelo que agrave el momento, ni con la pena profunda que podría sentir el que se desliga de su esposa de años, sino más bien con la conformidad algo escarchada en su frialdad, de saber y confirmar que hasta lo que parece ser más indestructible se puede agrietar hasta romper… si no pregunten por la historia de un tal Lennon.