viernes, mayo 05, 2006

Walk the line...


Walk the Line, la película que retrata parte de la vida de Johnny Cash es, sin lugar a dudas, uno de los filmes que plantea el amor en el sentido más visceral de la palabra, el descarnado, el que no permite tregua ni descanso durante la mayor parte de tu vida, el que te revienta la hiel, te pudre y transforma por su distancia, por su desesperada inadecuación.

Para llevar a cabo esto tiene los ingredientes necesarios; excesos, música, pasión y una chica porfiada; es en definitiva el tratado de la indesición femenina y muestra desde las perspectivas más duras y desgarradoras cuanto puede llegar a extinguirse un hombre enamorado y cuanto puede llegar a consolar una guitarra tal estado.

Infaltable su toque social, y acertadamente mostrado, ya que mientras Jerry Lee Lewis cantaba rock and roll de fiestas, Elvis hablaba de Sexo y chicas, J.R Cash le cantaba desafinado a los desafortunados, a los sin casa, a los encerados en cárceles, a los mutilados de alma que tal como él no veían motivo para vestir de blanco en un mundo en donde para los más apasionados parece no haber los mejores espacios.

La historia se concentra en la relación de Cash con June Carter, otra cantante de country, que a partir de los 10 años ya sonaba en las radios y conquistaba a través del dial el corazón de Johnny. La chica correcta en la USA de los cincuenta que teme al que dirán y hace esperar al enamorado cantante maldito más de la cuenta, en la espera J.R calma su alma y engaña a su corazón con pastillas que descubre a través de un vanguardista chico de nombre Elvis.

El recorrido en la vida de mr. Cash es duro, la opción de la pastillita resultó incontrolable, calificando como el único remedio a su desolación, soledad, trauma infantil, conflictiva relación con su padre y espera eterna al amor de su vida.

Aunque Walk the line no es una obra maestra, tiene los elementos necesarios para emocionar a aquellos que han desviado el camino con la esperanza de poder despegarse de las cosas que te mantienen desplomado por un tiempo más que suficiente.

A nivel compositivo es sabido que el country tiene una base nada de compleja, el aporte de Cash pasa por la particularidad de su voz y la temática de sus canciones. Parte fundamental en la historia es la decisión de tocar en la cárcel de folsom en 1968 a pedido de incontables cartas de reclusos llegadas hasta su casa internada en el bosque, e ahí el acto de exorcismo auto inflingido más sano que pudiese haber realizado un tipo como Johnny Cash, nada que decir al mundo, mucho que decir a los perdidos.

Nos hará falta acaso buscar el acto preciso para quitar de cuajo nuestros grandes topes emocionales?, tal ves sea válido recomendar la búsqueda de un hecho que espante lo que queremos que se valla de nosotros, un acto que nos tranquilice de una ves por todas y que logre de paso otorgar la paz necesaria a tu entorno. Busquemos entonces la cárcel indicada para subirnos a cantar la canción que se nos venga en gana, nada asegura que podremos cambiar al cien por ciento, pero de que algo va a ocurrir ese es un hecho.
DATO: El disco en vivo At folsom prison fue grabado en 1968 y al momento de salir a la venta superó todas las expectativas siendo rankeado en mejor posición que los mismo Beatles. Al año siguiente Johnny Cash graba At San Quentin, ambos discos por su potencia y significación social son en definitiva "De la puta madre..." en la discografía de sus últimos días figura American IV: The man comes around, disco de covers con una versión de personal Jesus de Depeche mode imprecionante... Cash murió el 2003 tres meses después que su amada June, si eso no es amor entonces que mierda es...